Más allá de las palabras

12 noviembre 2006

Ensayo sobre la lucidez. Fragmento.

( Final de la conversación entre el ministro del interior del gobierno y el alcalde de la ciudad protagonista del relato)

Ministro.- Si alguna vez llega a ser ministro del interior sabrá que para tirones de orejas y otras correciones nunca hay límite de edad.

Alcalde.- ¡Qué no lo oiga el diablo, señor ministro!

Ministro.- El diablo tiene tan buen oído que no necesitan que se le digan las cosas en voz alta.

Alcalde.- Entonces, que dios nos valga.

Ministro.- No vale la pena, ése es sordo de nacimiento.

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