Más allá de las palabras

16 agosto 2007

Próximo destino, Paraíso.


Cuando quedo con alguien y me toca esperar, suelo entretener mi tiempo imaginando la vida de aquellos que pasan a mi alrededor. También si tienen apariencia de ser drogadictos o alcohólicos. Es más, prefiero a los drogadictos y a los alcohólicos. La vida de un ejecutivo con traje y maletín no me llama la atención. La vida de una secretaria de oficina con escote y tacones no me atrae - hablamos de su vida -. La vida de un trabajador de la construcción con mono y manchas de pintura no me resulta interesante.
Sentado al mediodía, con visión directa de la boca de metro y acurrucado en una sombra veía pasar a J. con un aspecto degradante y sucio acompañado por S. que se había mal pintado los labios y llevaba una bolsa de mano oscura.
A C. las drogas le tenían comida los pechos, las piernas y habían arrugado su cara hasta convertirse en algo parecido a los restos de un estropajo que todos tiraríamos a la basura. Extrapolando este pensamiento y comparándolo con C., se puede decir que la sociedad ha acabado por tratarla como dicho estropajo muerto.
L. llevaba un litro de cerveza y fumaba sin emoción un cigarro de tabaco negro; se dirigía al parque del otro lado de la calle donde esperaba otro grupo de drogadictos y borrachos. Cruzó la calle de manera inconsciente haciendo frenar bruscamente a un coche cuyo conductor, lejos de recibir una comprensible disculpa, sólo obtuvo las injustificadas reprimendas de L.
Vi parar un par de vehículos en las proximidades de la boca de metro recogiendo al ganado y dándose, sigilosamente, a la fuga.
Quién sabe si alguno de esos fugitivos tenía como destino el Paraíso.

1 comentarios:

  • Extrañaba tus escritos...me encantan, me devuelven a la vida, me recuerdan quiénes somos y dónde nos olvidamos voltear de vez en cuando. Tus palabras me acarician el alma.

    De Blogger Lola, A las 18/8/07 07:59  

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