Más allá de las palabras

30 enero 2007

La misma sensación ha vuelto.
Las coincidencias, la suerte, el azar se han convertido de nuevo en mis mejores aliados.
Mismo lugar, misma escenografía, miradas similares. Hoy fueron esquivas, hoy había una sensación de indefensión, un ambiente diferente. Había más cercanía, sólo un par de metros separaban nuestros ojos y unas miradas que querían eludir lo evidente, se cruzaban en décimas de segundo. Como las segundas partes, que nunca serán buenas pero siempre permanecerán como el paso previo a un final imprevisible.

Ahora estoy tan envenenado que sólo quiero repetir el mismo momento en mi mente una y otra vez, sin parar, sin dejar que nada ni nadie me haga caer.
El veneno son esos ojos. No son especiales, no tienen un color al que poder admirar, ni un brillo especial, ni la perfección. No son diferentes pero son indescriptibles. A pesar de haber usado decenas de adjetivos, no se puede describir lo que se siente al mirar a unos ojos tristes, de los que parecen haber brotado lágrimas de vida, de los que parece nacer todo. Indescriptibles.
Nunca seré capaz de explicarlos. Nunca nadie podrá expresar lo que se siente al mirar a alguien y notar algo, que sólo aparece en los momentos de cambio. En los momentos en los que crees ver la luz, aunque acabes cayendo, ves la luz.

Ella ignora todo esto. No sabe nada. Sólo conoce perdida, mi mirada, una bala que a su corazón viaja. Directa a su alma la espada, aun por mi sangre manchada, por sus huellas sigue envenenada. Hay magia viviendo en la distancia que nos separa, restos del “querer” se almacenan al anochecer, en su almohada, lo que queda del “poder” sigue inmóvil en mi mente abandonada.
Y jamás leerá unas líneas, que para el fuego fueron creadas, en ella, inspiradas, para ella regaladas.

Así es, mi vida. Una película en la que recaen unos ojos hundidos en mí, que sin dejar caer un sonido son capaces de conmover, capaces de hacer sentir nuevas experiencias.
Una película sin conclusión sabida, sin actores secundarios, con un solo director (siempre el mismo, con virtudes y efectos) con un argumento ignorado, un guión que se escribe en el transcurso del rutinario “día a día”.

-Borja


"El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada."
Tristan Bernard

2 comentarios:

  • Sí señor, Elvis Costello...siempre te quedará la buena música. Lo demás, no desesperes, seguro que está por venir.

    De Anonymous Anónimo, A las 4/2/07 17:42  

  • ola, no t conozco de nada,pero me he topado con este blog... yes curioso porq estoy viviendo la misma situacion que tu en este momento...aunq yo soy xica.
    Es curioso como las miradas desconocidas cautivan.En micaso ni siquiera se como se llama, pero esa quimica siempre renace cuando nos cruzamos. Esta muy bien el blog .Suerte:) bye

    De Anonymous Anónimo, A las 18/2/07 00:28  

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