Más allá de las palabras

30 enero 2007

La misma sensación ha vuelto.
Las coincidencias, la suerte, el azar se han convertido de nuevo en mis mejores aliados.
Mismo lugar, misma escenografía, miradas similares. Hoy fueron esquivas, hoy había una sensación de indefensión, un ambiente diferente. Había más cercanía, sólo un par de metros separaban nuestros ojos y unas miradas que querían eludir lo evidente, se cruzaban en décimas de segundo. Como las segundas partes, que nunca serán buenas pero siempre permanecerán como el paso previo a un final imprevisible.

Ahora estoy tan envenenado que sólo quiero repetir el mismo momento en mi mente una y otra vez, sin parar, sin dejar que nada ni nadie me haga caer.
El veneno son esos ojos. No son especiales, no tienen un color al que poder admirar, ni un brillo especial, ni la perfección. No son diferentes pero son indescriptibles. A pesar de haber usado decenas de adjetivos, no se puede describir lo que se siente al mirar a unos ojos tristes, de los que parecen haber brotado lágrimas de vida, de los que parece nacer todo. Indescriptibles.
Nunca seré capaz de explicarlos. Nunca nadie podrá expresar lo que se siente al mirar a alguien y notar algo, que sólo aparece en los momentos de cambio. En los momentos en los que crees ver la luz, aunque acabes cayendo, ves la luz.

Ella ignora todo esto. No sabe nada. Sólo conoce perdida, mi mirada, una bala que a su corazón viaja. Directa a su alma la espada, aun por mi sangre manchada, por sus huellas sigue envenenada. Hay magia viviendo en la distancia que nos separa, restos del “querer” se almacenan al anochecer, en su almohada, lo que queda del “poder” sigue inmóvil en mi mente abandonada.
Y jamás leerá unas líneas, que para el fuego fueron creadas, en ella, inspiradas, para ella regaladas.

Así es, mi vida. Una película en la que recaen unos ojos hundidos en mí, que sin dejar caer un sonido son capaces de conmover, capaces de hacer sentir nuevas experiencias.
Una película sin conclusión sabida, sin actores secundarios, con un solo director (siempre el mismo, con virtudes y efectos) con un argumento ignorado, un guión que se escribe en el transcurso del rutinario “día a día”.

-Borja


"El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada."
Tristan Bernard

29 enero 2007

Hacerte daño

No mirarte. Ignorarte. Desviar una mirada frágil. Girar la cabeza hacia el futuro.
Obviarte. Olvidarte. Perderte, para siempre.
Alejarme en el tiempo. Distancia, olvido, muerte.
Saber dibujar las líneas que todo lo dividen. Quemar fotografías y olerlas por última vez. Dejarte un hueco en mi corazón donde puedas refugiarte. Nunca lo harás, pero ahí lo tienes. No lo sabes.
Ya ha pasado tiempo. Hay cosas que quedan. Quedarán siempre.
Crecí y maduré con parte de ti. Eres parte de lo que soy. No quiero hacerte daño.
Cierro las puertas y dejo tu historia a oscuras. Me llevo su candado por si la vida quiere hacernos coincidir en otro momento. No sabes cuanto lo siento.
De haberlo sabido...
Peor que el olvido fue frenar las ganas de verte otra vez.Peor que el olvido será, algún día, volverte a ver.
Cuánto cuesta acabar los ciclos. Qué duro es decir “hasta aquí”.

-Borja

27 enero 2007

Hoy quiero pedir perdón. Sin el más mínimo detalle de duda y con el mayor atisbo de arrepentimiento que me sea posible.
Quiero pedirle perdón a aquella chica del autobús que fue capaz de aguantarle la mirada a un ser tan vacío como yo. Yo iba de pie, ella sentada. Yo escuchaba música, ella apoyaba su cabeza en el cristal, dejando perder sus ojos en un mar asfaltado. Llevaba varios segundos observándola, sin perder detalle del reflejo de su rostro, dibujado en el fino vidrio. Y ella giró su cabeza, como los perdedores que no son capaces de soportar lo que tienen enfrente y necesitan agarrarse al clavo ardiendo que es el pasado.

Mi gesto inmediato fue un conato de apartar mi mirada de aquel ángel y romper el hechizo, pero aguanté toda esa presión que supone el mantenerse firme en el propósito de conseguir un regalo ínfimo.
Aquel regalo venía crudo, sin lazo ni tarjeta de felicitación. Fue una carta bomba que me estalló en mis ojos cuando nuestras miradas se cruzaron.

Ella fue tan valiente que no apartó su mirada al verme allí, de pie, con mis ojos fijados a sus ojos, con un gesto serio que se fue transformando en leve sonrisa según disminuía aquella presión. Fue tan valiente que llegó a tomar la iniciativa y me consiguió ganar la batalla.
¿Tres? ¿Cuatro? ¿Cinco? Me pongo a pensar y un solo segundo es ya casi una eternidad en la ardua labor de fijar la vista en otro semejante, y no desviarla. No esperaba esa resistencia mental de alguien como ella y sin embargo, tan fugaz, tan profunda, tan sentida, tan única, me dejó frío y apaciguó un fuego que iba en aumento.

Creo que ella notó que me había vencido, sintió como clavaba una espada en mi orgullo y lo dejaba herido de muerte. Sólo ella será capaz de desenvainarla, sacarla de mi cuerpo y decirme, mientras me mira de nuevo a los ojos: “Tú sangre... mi sangre. Tus ojos, mis ojos”

Ah, se me olvidaba. Perdón.

-Borja

23 enero 2007

Aliento

No eres más que un reflejo de mi pensamiento y a pesar de todo te llevo dentro, muy dentro.
Estás conmigo cuando nadie quiere ver mis lágrimas. Huyes cuando sonrío, sólo cuando me inunda la alegría, escapas.
Te intento tocar y te desvaneces en el transcurso incesante de los días, de las cosas, de las personas que quedan, de los momentos que, perdidos, se marchan.
No puedo verte, no se quién eres. Es el misterio lo que me trajo a ti. Eres tú, quien me trajo el misterio, la más ardiente de las pasiones ocultas, el silencio que más grita, ¡grita! ¡grítalo! ¡más fuerte! ¡quiero que lo oigan!
Quiero que mi silencio, ese silencio que tanto oculta, salte en pedazos y quede hundido en tu voz para siempre.
No eres la lluvia que un día mojó mi vida. Tampoco la imagen única de un sentido incierto del ¿qué hacemos?. No eres nada de lo conocido. No eres un “te quiero” ni un “te voy a echar de menos”.
Cuando tu aprendas a mirarme y yo sepa como escucharte, sólo nos quedará el aliento. Solos, con el silencio separando nuestros cuerpos y unas palabras que buscarán el suicidio, saliendo de mi boca y llegando al fuego de tu alma.
Unas palabras que resumirán el sentido de una vida, mi sentido, tu razón de ser.
Darán respuesta a un ¿qué hacemos?, que cada día se hace más duro de llevar... y mas incomprensible.

Borja

21 enero 2007

Paranoia. Mi regalo.

Las frases perdidas
Organizan motines

En la cárcel
Resisten los de siempre
Empañados tus cristales
Sonriendo eternamente

Tragedia se masca
Océanos en el ambiente
Dios se olvidó de escucharte
Ocultando lo evidente, tu arte

Procura no morirte
Asegúrame la vida
Regálame tus manos
Así no podré herirte

Muere cuando quieras
Inspiración, ¡por fin llegas!

Ahora tienes mi mundo
Lo tendrás siempre
Busco un sentimiento inerte.
Antes fue mío, ahora es tuyo... ¿lo quieres?

Borja

20 enero 2007

Es el tren. Es el momento.

La raza de las razas
Somos la raza de las razas
En lo cruel del universo
El tren podría ser perfectamente: la vida. De hecho...
Pero también es un periodo de tiempo en el que terminas algo que un día empezaste y lo hace definitiva, rigurosamente... El tiempo que tardas en terminar un proyecto importante o cruzar un puente imaginario que te lleva de un lado a otro del rio de lo incierto sabiendo que en la otra orilla te esperan tiempos nuevos, nuevos vientos...
Este tren partió hace un año y medio y le puse un nombre... El tren de los momentos.
El tren de los momentos es el pulso que queda cuando pasa el presente, cuando el pasado mós reciente se deja de considerar casi un presente imperfecto.
Es la onda invisible que permanece flotando indefinidamente siempre que se parte de una nueva estación. Una especie de rumor que te acompaña por el resto de tus dios... Esa sensación cuando recuerdas tu primera novia formal que duró toda una vida,... De siete días y medio...(a esa edad contar el medio es importante porque te da idea del concepto tiempo... y el concepto tiempo es lo que nos hace viejos y ajenos...)
El tren de los momentos tiene a sus predilectos y su traqueteo esto dedicado a los que subieron y bajaron en las distintas estaciones, a los que me esperan y a los que me despidieron... A sus historias... A los de equipaje ligero. Tienen nombre... Pero tengo sueño.
A vida mía y corazón mío para que sepamos distinguimos entre la gente, para que sepamos, con el poder de la risa, vencer los miedos...
Espero ser siempre capaz de inventarme un cuento que no empiece diciendo érase una vez...
A los y las peleonas, que nunca dirán no puedo.
A los soñadores tercos y molestos y a los seres lubricantes... Esos que permiten que tuerca y tornillo de diferentes medidas terminen encajando...
Para los que creen en la revolución solidaria, no como uno locura, no como un homenaje a lo poético de lo utopía sino con la claridad y lo determinación de convertido en uno nuevo pagina de lo historia de nuestra raza de las razas...
Míranos desde donde quiero que estés.. A través de tu ventanilla... Somos como un ejército de motivos con una misma razón ...
La razón que nos dan los que sufren, los que tienen miedo.
Y ese silbato suena como un basta de crueldad y de dolor... Basta de injusticias, basta de palabras y de abusos y de que pierdan siempre los mismos... y de que nos cuelen palabras como colaterales, o terrorismo o "lo sentimos si matamos o sus niños pero es que los bombos inteligentes no distinguen o un soldado de un viejo o de un niño" .. Pues vaya mierda de inteligencia... Esos armas y esos seres son despreciables y los palabras libertad, democracia o justicia suenan obscenos en sus bocas devoradoras insaciables de dientes.
Quiero decir basta y quiero decirmelo o mi, ...Basta de quejarme y de hablar de ellos... He estado ausente... En mi batalla, y vuelvo colmado, he perdido o mi padre y o muchos más de los buenos, vuelo y sólo quiero hablar de cosos normales, cotidianos, del color de tus ojos, de tus pequeños pensamientos, de cómo te va cambiando lo risa.
Que se queden atrás los jinetes negros.
Sólo míralos uno o uno y desmontarás su ejército..
Tengo o mis amigos y o mi familia y somos millones...
A todos mis familiares, los que acaban de llegar bienvenidos, (sí, vuestro tío canta)...
A los que nos conocimos en mi bautizo, gracias por tantos recuerdos y tantos buenos rotos, railes de aquellos vagones nuevos.
A los que yo os fuísteis.. sólo se me ocurre silencio.
Al maquinista del ser, nuestro Dios, ...Sigo aquí... Enojado contigo, no te entiendo... No puedo y tu sigues invitándome en silencio o compartir destinos resignada, no quiero..., No puedo.. Puede que un día hablemos pero soy carne y tú ruego... no es tan fácil cuando se es materia y pensamiento envolviendo tiempo.
A los compañeros que han querido compartir su talento, que los musas os lo paguen con muchos noches de insomnio y muchos días lentos... Componiendo, componiendo... Escribiendo... Resistiendo... y aquí me tenéis para siempre en lo estación de lo que queráis, de cualquiera seo el momento.
A las personas que van o poner en marcha la máquina, aquí os dejo la pala para que avivéis en la caldera el fuego, ojalá os hago sentir orgullosos aunque nos tiñamos la cara de carbones negros, pero por favor no olviden que no puedo ser maquinista, uardagujas, revisor y pasajero.
A los que van o escuchar este tren que silbando viene o lo lejos.. Sólo escojan muy bien el vagón y tómensesu tiempo paro escoger asiento.. Tiempo... y para bajarse... Tiempo.
Recuerden que el tren sólo existe porque existen pasajeros.
Se baja uno mujer preciosa... Debajo del vestido sólo llevo dos gotas de perfume...Perdón si no me siento, pero yo siempre voy, jamás vengo...
Mis queridos pasajeros... El tren de los momentos... Buen viaje.

Alejandro Sanz


18 enero 2007

Interrogantes


Borja tiene un problema. Un problema sin nombre y lo que más le preocupa a él, sin aparente solución.

Era miércoles, mediados de Enero. Un invierno raro, excesivamente cálido. Sentado en el último vagón de un metro impoluto, rodeado de un par de ancianas, varios extranjeros con mochila y algún niño perdido, escuchaba canciones. Él creía que todo lo que en ellas se decía estaba destinado a él. La sensación de haber pasado a ser el centro de todas las letras y melodías que penetraban en sus oídos se había acomodado allí mismo, en ese mundo que separa el auricular de lo que a nuestra imaginación le da por confabular.
Al llegar a la estación de García Noblejas, Borja dejó el asiento que en ese momento ocupaba, a una mujer canosa y entrada en años, que complacida por aquél gesto, le regaló una leve sonrisa. Excesivamente artificial y forzada, pensó él mientras la música no dejaba de fluir y penetrar en unos oídos atentos a todas las señales en forma de tono. En forma de palabras con mensaje.
No tardó en llegar el transbordo. Pueblo Nuevo, línea 5.
En la realidad el camino es corto. Cuando Borja caminaba y dejaba que las escaleras mecánicas le hicieran caminar, el camino no se acababa, pero tampoco la música.

Esperando la llegada de un nuevo vagón, una presencia familiar sobresaltó a Borja. Una de las caras que fugazmente vio en el andén frontal le resultó conocida. Más tarde, y con la reflexión hecha, Borja se daría cuenta que aquello que había visto, no era más que un deseo. Una de esas ocasiones en las que crees ver algo. Cuando sólo tienes a alguien en la cabeza y crees ver a ese alguien en cada lugar, a cada momento, en cualquier circunstancia. “No, no puede ser. La lógica no miente... pero ¿Y si algún día lo hiciera? ¿Qué pasaría? ¿Se podría ser sincero? ¿Tendría sentido esconder lo que ya es intuido? ¿Bastarían un par de miradas para confirmar lo sospechado?”
Todo esto se planteaba mentalmente Borja mientras esperaba, subía y descendía del vagón que le dejó en la estación de Suanzes. Al fin y al cabo, la música seguía sonando y no tenía mucho sentido detenerse allí... a no ser que dicha música muriera. Ocurrió.

Borja se detuvo mientras caminaba en dirección a las incesantes escaleras mecánicas. Bajó la mirada, enrolló los cables como de costumbre, sin ningún cuidado y cuando quiso alzar de nuevo la cabeza fue demasiado tarde para no advertir la presencia de una señal extraña. Borja sabía que aquello era una señal, ni como ni porqué, sabía que aquel mural de publicidad situado en la esquina del pasillo que daba al andén tenía un significado.
Aún hoy se pregunta quien coloca esas señales en su camino. Aún hoy cree que le están escribiendo el guión de una película de la que desconoce su desenlace. Aún hoy sigue pensando que merece la pena intentar descifrar los códigos y mensajes ocultos de la vida.

Borja tiene un problema. Un problema con nombre y lo que más le preocupa a él, con solución.
¿El nombre? ¿La solución? Le preocupa la solución. No hay nombre que no quede grabado para siempre en un corazón que tan lentamente palpita.

17 enero 2007

I don´t want to lose it

I´ve been living without love for much too long but now, I´m beginning to realize I was wrong. Such a complicated situation, maybe too complex to be understood from your point of view... I just don´t know. It´s my own world, my own feelings and my own determination and that´s a bit scary don´t you think?

It´s called responsibility and makes us feel defenseless. We are always looking for something to get in our hands, to own some way of power, some kind of satisfaction but when we are at that point, when we are achieving it... we fall. Not all of us, but the vast majority does.So I want to cross that line and be free to say all that stuff which still lives in my heart... and hurts.

-Borja

14 enero 2007


Estoy cayendo.
Resbalando, inútil, en el suelo.
El lugar donde guardo mis sueños
Se convierten en secretos.

Ultimamente, no me encuentro
Ni siquiera lo intento.
Inicié un camino lento
Crucé todos los desiertos
Ahora, estoy muerto... sólo por dentro.

Ataqué al tiempo.
Lo poco que tenía, se lo llevo el viento
Busco un final feliz para este cuento
A pesar de estar muerto... sólo por dentro.

Borja

13 enero 2007

Mirando al infinito (2)

Caminó hacia Laura, que aun permanecía sumergida en la oscuridad de unos ojos seguros tras la fina barrera de unos párpados lisos, y se tumbó junto a ella.
Comenzó a compartir el cielo fundido, la brisa temblorosa y hasta el silencio majestuoso. Lo único que no descubrió fueron los pensamientos que recorrían la ilusa mente de Laura. No sabía que todo lo que sentía él por ella era recíproco. No sabía que Laura ardía, tampoco que el fuego tanto tiempo abandonado, se había convertido en la base de una vida de secretos y cobardía. Laura dejó caer el aplomo de la pregunta apropiada y esperada:

- ¿En qué piensas?
- En nada, simplemente disfrutaba de la soledad.
- Pero, yo estoy aquí contigo – replicó Laura - ¿por qué dices eso?
- Es como si no estuvieras... no sé, perdona si soy demasiado duro pero estoy pasando por una etapa de mi vida en la que por mucha gente que tenga a mí alrededor siempre me siento solo.
- Te comprendo – afirmó Laura con un tono compasivo – pero no deberías ser tan explícito. Duele oír eso viniendo de un amigo como tú Adrián.
- Lo siento, pero no quiero mentirte. No quiero mentirte más.

Un gesto de incredulidad se instaló en la cara de Laura sin previo aviso. Aquél “más” añadido sutilmente a esa última frase por parte de Adrián le chocó tanto que la réplica se hizo dura y tensa:

- Significa eso que me has mentido antes ¿no?
- No exactamente. Quizás me he expresado mal. Significa que no te he dicho la verdad, puede que parte de la verdad sí, pero no toda ella. Podría decir que mi verdad hacia ti ha sido sólo un iceberg, es muy poco lo que sabes. Quiero fundir ese bloque de hielo cuando pueda.
- ¿Y qué mejor momento que ahora?
- No es fácil, sobre todo cuando al fundirlo por completo quizás queden al descubierto sentimientos de los que me pueda arrepentir.
- El amor no es un sentimiento del que te puedas arrepentir – afirmó rotunda Laura – si es de eso de lo que intentas hablarme.
- En realidad no quiero decirte nada, pero ahora es mí corazón el que va a hablar... No me lo tengas en cuenta por favor.

El cielo comenzó a nublarse, la suerte estaba echada.

Borja

(Nota: Finaliza aquí el breve relato de "Mirando al infinito". Quizás algún día vuelva a retomarlo y seguir escribiendo, pero no ahora.)

12 enero 2007

Mirando al infinito (1)

Laura y Adrián estaban solos. Solos frente a la inmensidad del mundo. Solos ante un mar en calma que iba retrocediendo, con miedo, como los cobardes que no afrontan la realidad.Atardecía y el Sol quemaba la arena que comenzaba su declinar anaranjado. La eterna brisa del mar se volvía temblorosa, se hacía suave y agradable en la cara de aquellos dos adolescentes.

Laura se tumbó, mirando a un cielo que se fundía con la marea salada en la imaginaria línea del infinito. Cerró los ojos y dejó que el tiempo transcurriera, como aquel que no da importancia a lo humano sino a lo inalcanzable. Adrián no se tumbó. Él se limitó a dar los pasos justos en dirección al horizonte agónico hasta que el agua comenzó a fundirse con sus pies. Allí se arrodilló, en un suelo débil y húmedo. Arremetido continuamente por tímidos ataques que se volvieron compasivos, de las olas que comprendían mejor que nadie su estado de ánimo.

Laura no hablaba, Adrián quería hacerlo pero aquel silencio majestuoso le pareció tal, que la más mínima herida causada sobre él podría resultar incurable. Se limitó a la resignación, liberando a sus rodillas de la cárcel que era aquella arena costera, dejando en ella dos marcas que poco tardó en borrar la implacable y constante vileza de un mar que les susurraba las palabras precisas.

Borja

11 enero 2007

Romeo y Julieta en el siglo XXI


Una pareja menor de edad se fuga por el rechazo del padre de ella a la relación
La Guardia Civil y la Policía buscan desde el pasado sábado a dos jóvenes menores de edad que se fugaron de sus respectivas casas porque el padre de ella no aceptaba la relación que ambos mantienen desde hace unos meses. Ella, N.S.P, de 17 años, es paya y su novio de 16, es gitano. La joven es de la parroquia gallega de Anceis (Cambre) y él, de Sada.

Según publica La Voz de Galicia, el padre de ella antes de que la pareja se fugara no aceptaba la relación. Ahora, cinco días después de la huida, está hundido y pide a su hija que vuelva a casa: “Si antes me oponía a vuestra relación, ahora estoy dispuesto a hablar”, asegura.

Él recuerda como el última día que vio a su hija, el día de Reyes, ésta cumplía 17 años y le había pedido que la dejasen ir a celebrarlo a Sada junto a su novio y a unas amigas. Antes de salir, la joven le dijo a su padre que la fuera a buscar a las diez de la noche a la salida de una discoteca pero la chica no apareció.

Según el padre, su hija no tenía planeado irse de casa ya que había dejado en su habitación 50 euros, el cargador del móvil y maquillaje, pero el tiempo parece que no le da la razón.

En la madrugada de ayer, los policías detuvieron a un joven y le preguntaron por la pareja fugada. El arrestado les confesó que les había acogido en una casa ‘okupa’ en Sada pero que el pasado martes ya se habían ido. Además, señaló que se dirigieron a Santiago de Compostela o a Vigo.
Por su parte, la Guardia Civil ha recorrido las estaciones de autobuses y trenes con las fotos de los desaparecidos. Así, al taquillero de la estación de San Cristóbal le sonaba el rostro de la joven y ha afirmado que había comprado dos billetes para Santiago.

La familia de ella se ha opuesto a la relación que mantenían los dos menores desde el principio. El padre ha explicado que antes de empezar con su novio, su hija no salía pero a raíz de conocer al chico “comenzó a descuidar los estudios y a salir mucho”. Sin embargo, hoy el padre se muestra un hombre arrepentido y lo único que quiere es que su hija vuelva a casa.

El día en que la chica salió de casa iba vestida con un pantalón vaquero azul y ceñido, una cazadora blanca de plumas, botas marrones con mucho pelo y un bolso pequeño tipo leopardo, informa el rotativo gallego.

Publicado el 11 de Enero de 2007 en la edición digital de El País.

> Es bonito comprobar como aun existen esos locos adolescentes que son capaces de hacer cualquier cosa por amor. Dejen de buscarles, el tiempo los devolverá a la cordura, pero hasta entonces... ¿por qué no dejarles disfrutar del sueño en el que viven?

"Aunque tú no lo sepas
nos decíamos tanto
con las manos tan llenas,
cada día más flacos.
Inventamos mareas
tripulábamos barcos
y encendía con besos
el mar de tus labios."
Borja

Paranoia. Sin color.


Tiemblas y haces temblar.
Eres mi libertad.

Quieres gritarlo todo
Una mano lo impide
Iluminas lo oscuro
Evitas lo imposible
Ríes y también lloras
Olvidas y perdonas.

Amenazas silencios
Limando esperanzas.
Barajas nuestra suerte
Ahora... ¡ahora y siempre!

Borja

09 enero 2007

El infierno ardiendo en mí interior


Es invierno. Pero no hace frío.
Las nieves echan de menos las montañas ¿o era al revés? Da igual, el caso es que no estamos viviendo en el mes de Enero. En realidad en ninguno de los once restantes. Ni llueve como en primavera, ni puedes pasearte en manga corta como en verano, las hojas se han vuelto locas y algunas aun no han caído por lo que descarto el verano y el frío. El frío es si cabe más frío que de costumbre, pero no hablo de grados, no me refiero a las temperaturas. El frío ya no quiere ser frío. Bueno, creo que empezamos a entendernos. El frío quiere cambiar y volverse fuego. Tal vez como yo. El frío quiere subir, romper nubes y volar.

Tengo calor guardado en el cofre de los secretos. Ese que todos abrimos cuando queremos rescatar algo que en él arrojamos precipitadamente. El frío tiene miedo de volverse fuego. Yo también tengo miedo de transformar el infierno que vive en mi en sencillas palabras.
El fuego quema cuando sale al exterior. Pero mata cuando vive por dentro. Necesito soltarlo, hasta la última llama. Transformado en palabras, en hechos, en miradas, en verdades. Mi fuego no aguanta eternamente.
Mucho tiempo estuvo apagado. Ahora se enciende con más fuerza que nunca, ahora necesito decirlo porque quema. Porque mata.

Borja

06 enero 2007

Fin


Echo de menos el aire. El aire puro que respiraba y que ahora me falta en esta ciudad de humos. Echo de menos la simpatía, la cordialidad, la amabilidad. Echo de menos sensaciones de rebeldía que quedaron atrás. Echo de menos mi infancia, la inocencia de mi infancia, la infancia de mi infancia, incluso. Echo de menos las miradas que fulminaban el silencio. Echo de menos el silencio, andar en silencio, abstraído de lo que me rodea. Echo de menos los gritos que eran escuchados, ahora riquezas que cayeron en un saco roto. Echo de menos los días en los que escribía cosas que podían ser leídas. Estoy harto de unir palabras, echo de menos escribir. Recuerdo cuando mi imaginación volaba, cuando vivía al margen de todo lo que ocurre en el planeta, cuando para mí sólo existían los amigos de verdad y los juguetes fríos. Y lo echo de menos.

Echo de menos la pasión de cuando aún no había madurado. La irracionalidad, los errores de crío y las alegrías absurdas. Echo de menos echar de menos como hace años. Echo de menos a las personas que fueron, las que estuvieron, las que pasaron un día por mi vida y ahora siguen, lejos. Los echo de menos porque ellos en algún momento pensaron en mí. Los echo de menos porque me apoyaron o me miraron, me consolaron o me hicieron sentirme bien. Echo de menos a mis amigos fugaces, que tanto me hicieron sentir en tan poco tiempo. Echo de menos a Marta y la caja llena de sentimientos imposibles que guardaré siempre en mi interior por ella. Echo de menos las noches en las que no dormía por ella. Echo de menos la tinta plasmada en hojas que rompí por ella. Echo de menos los meses en los que la eché de menos. Sin embargo, echaré de menos el no echarla de menos nunca más.

-Borja

04 enero 2007

Fix you

When you try your best, but you don´t succeed
When you get what you want, but not what you need
When you feel so tired, but you can´t sleep
Stuck in reverse

When the tears come streaming down your face
When you lose something you can´t replace
When you love someone, but it goes to waste
Could it be worse?

(Sea como sea... I´ll try to fix you)

-Borja

Un hombre, agua para miles

...
Un hombre, agua para miles
Un misionero italiano construye embalses y canalizaciones en una zona desértica de Kenia
...
De pequeño, "jugaba a ser albañil, construía muros y cosas por el estilo". Ahora, tras cuatro décadas en la zona de Meru (Kenia), sus ideas han llevado agua a casi 300.000 personas. Giuseppe Argese, italiano de 74 años y misionero de la Consolata desde 1950, ha revolucionado el panorama de esta región a 230 kilómetros al norte de Nairobi. Dos presas artesanales y 250 kilómetros de túneles y tuberías que cruzan la selva abastecen de agua a una zona de 1.200 kilómetros cuadrados. Depósitos para 10.000 metros cúbicos de agua, 4.000 puntos de conexiones privadas y 149 públicas. Una presa más en construcción para 50.000 metros cúbicos. Es el resultado de estos años de trabajo con la intervención de toda la población y la ayuda de distintas ONG, en especial Manos Unidas.
Las inundaciones provocadas por las intensas lluvias caídas este otoño "causaron deslizamientos de tierra que han roto conducciones de agua", cuenta por correo electrónico el misionero español José Miguel Reyes, hermano de Argese. "La parte dañada estaba en construcción", continúa, "los cálculos son que el coste de la reparación rondará los 6.000 euros".
Puede que la labor de Argese sea una gota de agua en el mar de un mundo donde más de 1.000 millones de personas se ven privadas del derecho al agua limpia y 2.600 millones no tienen acceso al saneamiento adecuado, según el último Informe de Desarrollo Humano (IDH) realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El acceso al agua, según este informe, es el primer paso para salir de la pobreza.
"Desde que llegué a Kenia en 1957 los cambios han sido impresionantes", dice Argese en otro correo electrónico: "El primero fue la salud, no hay problemas de cólera o tifus, y los centros de salud y hospitales se han extendido por toda la región". Cuando él llegó "el suministro de agua dependía sólo de la lluvia, no había agua en las misiones. Dispensarios, hospitales y escuelas usaban la de los depósitos que recogían la lluvia". "La situación más grave estaba en el centro de paralíticos de Tuuru", recuerda, "no tenían agua para nada. El padre Soldati, encargado de la misión, hacía largos viajes en Land Rover para traerla en bidones desde el río".
Era necesario un cambio: "En 1967-1968 comencé a buscar el agua". Primero, observó a la gente. "Vi que las mujeres recorrían largas distancias para recoger agua en un lugar del bosque considerado sagrado", comenta, "una pared que rezumaba agua, que se filtraba en el suelo y desaparecía". El segundo paso, buscar: "Pasé dos semanas en el bosque recorriendo caminos hasta que encontré una cascada de agua limpia y fresca, a 12 kilómetros de Tuuru". El tercer paso, llevar el agua a Tuuru: "La primera toma de agua parte de la cascada y lleva el agua a un depósito de distribución".
Más tarde, en los años setenta, comenzaron la construcción de túneles en el bosque, "en los que el agua chorrea de las paredes y va dirigida a los depósitos generales, a través de tuberías, claro". "Empezamos sin maquinaria, sólo con las manos de la gente".
Este misionero también observó otras costumbres de la gente y se convirtió en zahorí. "La sequía de los años 1972 y 1973 me llevó a leer, estudiar y practicar; uso la vara, es más certera", comenta. Así localizó nuevas fuentes. "Se construyeron pequeños diques, como pantanos que aseguraran el agua en la época seca", dice. Argese calcula que todos los proyectos han costado en total "varios millones de euros". El último, la nueva presa, la financian Manos Unidas y la diputación de Ancona (Italia). En su construcción trabajan "200 personas fijas y unas 400 eventuales".
El agua se distribuye a través de una red de puntos de venta. "Por una pequeña cantidad se llena una garrafa, y con lo recaudado se mantiene la red", explica. Al principio, "la gente se agolpaba en torno al grifo y se peleaban pensando que se acabaría el agua. Creer que seguiría manando era demasiado para ellos". Ahora comprenden que "el agua está disponible, pero no se puede derrochar".
La llegada del agua condujo a más mejoras: "La educación comenzó a cambiar en cuanto las madres no abandonaban la casa para recoger agua y pasaban más tiempo con sus hijos. Se abrieron escuelas que garantizaron una educación continuada, y mercados y negocios que elevaron el nivel de vida", continúa. "La población se ha multiplicado", remarca, "en 1970 se consumían 1.200 metros cúbicos al día; hoy, más de 3.500".
-Borja

03 enero 2007

Las razones del viajero, de L.G. Montero

Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.

Cuando pasan los días

y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.

Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.

Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fantasmas como saldo,
un camino de nubes.

Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.

De todo se hacer cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.

No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.

Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.

Tiempo de habitaciones separadas.


(Este es un poema de Luis García Montero, llamado "Las razones del viajero" y que viene recogido en su libro titulado "Habitaciones separadas". Editorial: Hiperión)

02 enero 2007

Well, here we are. 2007. No one can feel it as deep as I do. No one but you, maybe.
The more you expect something to happen the less you enjoy it then, so I´m a little affraid of it. I´ve been waiting for this moment for a long time and now, here it is, I gotta face it and achieve all the dreams I´ve created.
So I´ll need a kind of magic to turn this year into the most special one I´ve ever lived in my brief life.
The door is open, so go into my wishes, join my illusion and let´s enjoy these 365 days!

-Borja